El recorrido continúa por los paisajes desérticos de Tata, donde los visitantes pueden admirar las espectaculares formaciones rocosas que fueron el lienzo en el que nuestros antepasados dejaron sus huellas imborrables. Las tallas rupestres, a veces discretas y delicadas, a veces imponentes y complejas, se integran armoniosamente en la naturaleza circundante.
Lo más destacado de esta experiencia suele ser la puesta de sol, donde las tallas rupestres cobran vida bajo la luz dorada del crepúsculo. Las formas grabadas en la roca parecen cobrar vida, revelando una magia atemporal que trasciende las épocas.